Enviar a su hijo o hija a un campamento de verano con pernocta puede generar muchas emociones —tanto en las madres y padres como en los propios niños y niñas—, entre ellas entusiasmo, nerviosismo y ansiedad. Si además hay un trastorno hemorrágico de por medio, esas emociones pueden intensificarse, ya que no solo preocupan los aspectos típicos del campamento, sino también que se comprendan y atiendan adecuadamente las necesidades médicas lejos de casa.
Los campamentos de verano para niñas y niños con trastornos hemorrágicos —más de 50 en todo el país, organizados por capítulos locales— ofrecen un entorno seguro y de apoyo. Cuentan con personal médico capacitado específicamente en trastornos de la coagulación, lo que garantiza el cuidado necesario y brinda tranquilidad adicional a las familias.
¿Qué pueden hacer las madres y padres para preparar a su hijo o hija para su primer campamento de verano con pernocta enfocado en trastornos hemorrágicos? Angellica “Gelli” Kelley, subdirectora de campamentos de la Fundación de Hemofilia de Michigan (que organiza el Campamento Bold Eagle y otros similares), comparte sus recomendaciones:
Hable con su hijo o hija sobre lo que pueden esperar
“Es muy importante hablar abiertamente con su hijo o hija sobre qué esperar en el campamento, incluyendo cuánto tiempo estarán fuera de casa”, dice Kelley.
Si puede conseguir un cronograma general de actividades del campamento, puede repasar con su hijo/a cómo será un día típico. Comenten las actividades divertidas que realizarán —nadar, jugar, hacer manualidades, cantar canciones alrededor de la fogata— y explíqueles que estarán acompañados por personal médico y recreadores que conocen su condición y estarán para ayudarles.
Tranquilíceles: está bien sentir nervios, y muchas niñas y niños se sienten igual cuando se van de casa por primera vez. Saber que conocerán a otros niños con el mismo trastorno puede darles consuelo.
Involúcreles en la preparación para el campamento
Empacar para el campamento puede ser una excelente oportunidad para fomentar la confianza y autonomía. Repase la lista de lo necesario junto con su hijo o hija e invíteles a elegir y organizar sus pertenencias: saco de dormir, almohada, cobija, artículos de higiene personal, traje de baño, linterna y otros esenciales.
Anímeles a incluir un peluche o algún objeto reconfortante de casa. “Saber que empacaron su peluche favorito y dónde lo guardaron puede ayudar a reducir el estrés”, comenta Kelley.
Permitirles participar, aunque sea en detalles pequeños, refuerza su independencia y les hace sentir mayor control sobre la experiencia.
Evite comentar sus preocupaciones frente a su hijo o hija
“Es natural sentir nervios por enviar a su hijo o hija a un campamento, pero es importante evitar expresar esas preocupaciones delante de ellos”, afirma Kelley. Es importante dar ánimos antes de ir al campamento.
Los niños y niñas suelen captar las emociones de sus madres y padres. Si notan que usted está estresado o preocupado, podrían empezar a percibir el campamento como algo inseguro o negativo. En su lugar, mantenga un tono positivo y entusiasta al hablar del campamento. Comparta su alegría por esta nueva experiencia y hable de todo lo que van a aprender y disfrutar.
Si tiene inquietudes específicas, comuníquese directamente con el personal del campamento antes del inicio.
Evite contactarles durante el campamento
Una vez que su hijo o hija esté en el campamento, lo mejor es darles espacio para disfrutar sin interrupciones del hogar. Escuchar a su madre o padre durante el campamento puede provocar nostalgia, incluso si se estaban adaptando bien.
El ritmo del campamento suele ser intenso, y el personal puede no estar disponible para facilitar llamadas o contactos frecuentes. En su lugar, vea si el campamento publica fotos en redes sociales; puede ser reconfortante ver a su hijo o hija pasándola bien sin interrumpir su vivencia. También puede enviar una carta o correo electrónico si el campamento lo permite. A muchas niñas y niños les encanta recibir correspondencia, y eso les ayuda a sentirse conectados sin romper el vínculo con el ambiente del campamento.
Si su hijo o hija experimenta nostalgia, el personal está capacitado para apoyarles. En el Campamento Bold Eagle, por ejemplo, pueden ayudar a los niños a escribir una carta a casa como forma de consuelo, comenta Kelley.
“El campamento es una experiencia muy significativa para su hijo o hija. Volverán a casa con recuerdos divertidos, actividades y nuevas amistades”, dice Kelley. “Cuando regresen, converse con ellos y déjeles compartir sus experiencias con usted.”