El pasado mes de octubre, un titular del New York Times formuló una pregunta que muchas personas en todo el país han tenido en sus mentes: “¿Por qué el CBD está en todas partes?” El aceite de CBD, científicamente conocido como aceite de cannabidiol, ha sido comercializado en gran escala como un curalotodo para todo, desde inflamación y dolor crónico hasta ansiedad e insomnio. Para las personas con trastornos hemorrágicos, el aceite de CBD puede parecer atractivo de probar. Pero ¿qué es exactamente y cuánta evidencia hay de que en realidad funciona?
¿Qué es el aceite de CBD?
El cannabidiol (CBD) es uno de los diversos componentes químicos llamados cannabinoides que se encuentra en la planta de cannabis. Otro cannabinoide es el delta-9-tetrahidrocannabinol (THC), el componente en la marihuana que droga a las personas.
¿Cómo se hace el aceite de CBD?
El CBD es extraído de la planta de cannabis y se agrega a aceites, cremas y bálsamos, líquidos para vapear, píldoras e incluso dulces como mentas y gomitas.
¿Cómo lo hace sentir el aceite de CBD?
A diferencia del THC, el CBD no hace que se “drogue”. Algunos informan que los efectos del CBD incluyen tanto la relajación física como mental, dolor e inflamación reducidos y un enfoque mejorado. Sin embargo, algunos usuarios indican que no sienten nada.
¿Cuál es la evidencia de que funciona?
Poca investigación se ha realizado sobre los efectos de salud que produce el CBD. Sin embargo, se encuentran en marcha más estudios y las agencias de salud como los Institutos de Salud Nacionales y la Organización Mundial de Salud están de acuerdo en que se necesita más investigación. En los EE. UU., solo un medicamento recetado ha sido aprobado que contiene CBD como su ingrediente activo: Epidiolex, que reduce las convulsiones en personas con dos formas raras de epilepsia.
¿El CBD es seguro?
Algunos estudios indican que el CBD, y otros cannabinoides, pueden tener un efecto anticoagulante al suprimir la producción de plaquetas de la sangre, lo que es una preocupación obvia para cualquiera con un trastorno hemorrágico. Otro problema es cómo el CBD interactúa con otros medicamentos, lo que es incierto y necesita más estudio.
En términos más generales, la seguridad general no se encuentra clara cuando se trata del aceite de CBD. La producción de los productos de aceite de CBD no está regulada, por lo que puede ser difícil saber exactamente lo que se obtiene. La Administración de Alimentos y Medicamentos de los EE. UU. probó varias marcas de aceite de CBD e indica que “se encontró que muchos no contenían los niveles de CBD que afirmaban que contenían”. Otra investigación ha encontrado que algunos productos de CBD contenían niveles de THC que podrían causar intoxicación. En un informe exhaustivo sobre el aceite de CBD, la revista Consumer Reports (Informes del Consumidor) afirma que puede ser más seguro comprar CBD en estados donde el uso médico y recreativo del cannabis sea legal, ya que es probable que las normas sean más estrictas en estos lugares. Otro consejo es buscar CBD de productores que publiquen los resultados de pruebas realizadas por terceros de sus productos.
¿El CBD es legal?
En la mayoría de los estados, el CBD es legal siempre y cuando sea extraído de la variedad de cáñamo de la planta de cannabis y no contenga THC (la ley agrícola federal de 2018 legalizó el cultivo del cáñamo). Puede revisar las leyes de su estado en el sitio web de la Organización Nacional para la Reforma de las Leyes de Marihuana (National Organization for the Reform of Marijuana Laws, NORML).
Conclusión.
El CBD puede ayudar a aliviar el dolor, la ansiedad y el insomnio, pero es posible que no lo haga. Si está interesado en usarlo, asegúrese de consultar primero con su equipo de atención médica para que puedan aconsejarlo sobre cómo usarlo y supervisar sus efectos.