Pregunte a un trabajador social es una columna mensual en la que aparecen preguntas de la comunidad y respuestas de miembros del Equipo de Trabajadores Sociales de la Fundación Nacional de Hemofilia de la NHF. Si tiene preguntas para nuestros trabajadores sociales, envíelas a [email protected].
Queridos Bobby:
Un miembro de mi familia que tiene hemofilia recientemente fue sentenciado a cinco años de prisión. ¿Hay maneras de ayudar a alguien que está encarcelado a recibir atención médica para su trastorno hemorrágico?
Estas son algunas estadísticas que vale la pena tomar en cuenta: A fines de 2020, había poco más de 1.2 millones de personas en prisiones estatales y federales. De ellas, casi la mitad de los internos informó tener enfermedades crónicas antes de ingresar al sistema. Las prisioneras mujeres tenían más probabilidades que los prisioneros hombres de informar de una enfermedad crónica; además, los prisioneros hispanos tenían menos probabilidades de expresar sus problemas médicos crónicos.
La enfermedad de von Willebrand es el trastorno hemorrágico más común, que se encuentra hasta en el 1% de la población de EE. UU., y se estima que alrededor de 22,000 hombres tienen hemofilia en EE. UU. Sin embargo, no sabemos cuántos hombres y mujeres con un trastorno hemorrágico están encarcelados.
Así que, dado que la hemofilia y la enfermedad de von Willebrand no son enfermedades comunes en los internos, es razonable creer que tú y tu familiar estarán más capacitados para reconocer la manera de abordar el problema que los guardias y el personal médico de la prisión. Estos son algunos puntos que deben tomarse en cuenta:
Garantizar la continuidad de la atención durante la transición
Cuando alguien es encarcelado por primera vez, es importante que el personal médico de la prisión se comunique con el personal del centro de tratamiento de hemofilia (HTC, por sus siglas en inglés) y con en proveedor de atención primaria que atendió a tu familiar mientras estaba en la comunidad. El personal del HTC puede enseñar al personal de la prisión a entender mejor las necesidades médicas específicas de tu familiar. Esta interacción ayudará a garantizar la seguridad de tu ser querido y a evitar retrasos en el tratamiento en caso de que sufra alguna lesión durante su encarcelamiento.
Una vez que se establezca una línea de comunicación, las oportunidades de formar conciencia sobre los trastornos hemorrágicos pueden presentarse a través de conversaciones y de la distribución de materiales educativos al personal de la prisión.
La comunicación constante con los enfermeros correccionales, y transmitirles lo que deben saber sobre los trastornos hemorrágicos, será la mejor ayuda para los pacientes.
Es importante mantener una buena relación con los guardias
Los guardias se concentran principalmente en la seguridad de los internos y del personal de la prisión. Asegurarte de que exista una comunicación clara entre tú y los guardias acerca de la enfermedad de tu ser querido y la atención que necesita puede eliminar el riesgo de lesiones o de retrasos en la prestación de cuidados.
Poner en contacto al abogado de tu familiar con el HTC
Es útil poner en contacto al abogado de tu familiar con el personal del HTC, ya que el abogado podrá ofrecer un nivel adicional de apoyo y asegurarse de que se brinde la atención necesaria. Además, el abogado puede hacer notar los asuntos relacionados con responsabilidad civil y los gastos asociados con el cuidado de una persona con un trastorno hemorrágico en el sistema correccional. Al entender la carga financiera, los funcionarios correccionales podrían decidir que sería de beneficio transferir al interno a un centro de detención más cercano a un HTC.
Una transición a un ambiente restringido y desconocido puede ser abrumadora; sin embargo, el HTC de tu ser querido debe seguir siendo un recurso con el que tú y tu ser querido pueden seguir contando para el manejo de su atención. En ocasiones puede parecer que no tiene sentido, pero esos profesionales dedicados están listos para atender las necesidades médicas de los pacientes, encarcelados o no.
—Bobby Korathu, MSSA, LCSW
Korathu es trabajador social en el Centro de Hemofilia y Trombosis de la Fundación Cardeza en Filadelfia y miembro del Grupo de Trabajo Social. Lowery trabaja en el Centro de Hemostasia y Trombosis de UC Davis en Sacramento, California. Es integrante del Grupo de Trabajo Social.