“Pregunte a un trabajador social” es una columna regular en la que aparecen preguntas de la comunidad y respuestas de miembros del Grupo de Trabajo Social de la Fundación Nacional de Trastornos Hemorrágicos (National Bleeding Disorders Foundation, NBDF). Si tiene preguntas para nuestros trabajadores sociales, envíelas a [email protected].
Querida Kathaleen:
Tengo un trastorno hemorrágico y siempre soñé con servir a mi país. Me pregunto si es posible que alguien como yo se aliste en el ejército a pesar de mi afección. Si puedo alistarme, quiero hacer todo lo que pueda para evitar hemorragias y para conservar la salud. ¿Puede ayudarme?
Gracias.
Un niño curioso
Estimado niño curioso:
Unirse al ejército puede ser una decisión importante, especialmente para las personas con trastornos hemorrágicos. El servicio militar es muy respetado, pero también puede plantear desafíos únicos para las personas con esas afecciones. Antes de tomar cualquier decisión, es esencial planificar con anticipación, comunicarse abiertamente con su hematólogo y comprender qué implica el servicio militar para su salud.
El primer paso para cualquier persona con un trastorno hemorrágico que considera unirse al ejército es hablar con el hematólogo. Este valioso aliado puede ofrecer información sobre si el servicio militar es compatible con su afección médica. Juntos, pueden evaluar la gravedad de su trastorno, los posibles riesgos durante el entrenamiento y el despliegue, y todas las opciones de tratamiento disponibles.
Es fundamental ser honesto al analizar su historial médico con su médico y reclutador militar. Ocultar un trastorno hemorrágico o restarle importancia puede tener consecuencias graves para la salud, para la seguridad de sus compañeros militares, e incluso puede tener efectos legales. Revelar su diagnóstico permite a los profesionales médicos tomar decisiones informadas sobre su aptitud para el servicio.
Para unirse al ejército, debe cumplir estrictos requisitos médicos descritos por el Departamento de Defensa. No debe tener afecciones médicas ni defectos físicos que puedan requerir tiempo de ausencia excesivo para el tratamiento ni causar la separación del servicio debido a una incapacidad médica. También debe demostrar su capacidad para realizar satisfactoriamente la capacitación obligatoria y servir sin limitaciones geográficas ni empeorar ninguna afección médica existente.
En caso de que no cumpla con los requisitos físicos y médicos descritos por el DOD, existe una disposición para exenciones médicas. Cada rama del ejército puede iniciar y solicitar dichas exenciones en función de una evaluación exhaustiva del historial médico de la persona y las necesidades específicas del servicio. Estas exenciones podrían brindar una oportunidad para que personas con determinadas afecciones médicas, incluidos trastornos hemorrágicos, sean consideradas para el servicio militar según el caso.
Si las reglamentaciones militares limitan ciertas funciones y asignaciones para las personas con trastornos hemorrágicos, aún podría haber oportunidades para prestar un servicio significativo. Hay varias oportunidades profesionales disponibles en el ejército que no implican combate directo, como puestos administrativos y especialidades técnicas.
Al considerar el servicio militar con un trastorno hemorrágico, es importante tener conversaciones sinceras con su médico y el reclutador militar para comprender las implicancias de su afección dentro del marco de las políticas del Departamento de Defensa. La transparencia es esencial, ya que el ejército tiene la última palabra sobre la aptitud para el servicio.
¡Espero que le sirva!
— Kathaleen M. Schnur, MSW, LCSW
Schnur es trabajadora social en el Centro de Hemofilia de Pennsylvania Occidental en Pittsburgh e integrante del Grupo de Trabajo Social.