Fui diagnosticado con hemofilia A cuando era muy joven (ahora tengo 39). Un moretón en mi frente seguía haciéndose más grande y cuando el médico intento drenarlo, no paraba de sangrar. Varios miembros de mi familia tienen hemofilia, así que nadie estaba muy sorprendido.
Dos eventos en mi vida temprana fueron las brasas que encendieron lo que haría mucho más tarde. El primero fue cuando tenía alrededor de 3 años de edad y el amigo de mi abuela me llevó a pescar. No sabía nada sobre cómo hacerlo, pero este completo extraño puso una caña en mi mano y me dijo qué hacer. Lo siguiente que supe es que estaba pescando. No se me permitía hacer deportes tradicionales porque era muy peligroso. Pero pescar era un deporte con el que podía prosperar.
Después de eso, cada domingo me sentaba en el sofá, comía mi cereal y veía programas de pesca. Los anfitriones de esos programas, hombres como Roland Martin, Bill Dance y Hank Parker, eran mi Lebron James y Kobe Bryant. Vi que atrapar peces y ganar torneos podría volverse una carrera. Por eso, convertirme en un pescador de róbalos era el sueño de mi infancia.
La segunda brasa fue pasar un verano en un campamento de hemofilia cuando tenía alrededor de 7 u 8 años. Fue la primera vez que estaba rodeado de niños que sabían exactamente con lo que yo lidiada cada día. Al fin tenía la oportunidad de realmente ser yo mismo. Los niños a mi alrededor se estaban haciendo infusiones a sí mismos y lidiando con las mismas cosas que yo.
Fomentar la conexión y la responsabilidad
Deseaba tomar la idea de estar con persona que atraviesan problemas similares y combinarlo con mi amor por la pesca. Así que creé mi organización, Country Boy Fishing. Pescar es una actividad maravillosa para la comunidad de trastornos hemorrágicos porque para proteger su cuerpo necesita estar consciente de las actividades en las que está involucrado. Pescar le enseña a estar en el momento, así como respetar y proteger a aquellos que lo rodean.
Es posible que las personas piensen que pescar es un deporte solitario, pero es todo menos eso. Verdaderamente construye comunidad. Con la pesca, está bien ir con un completo extraño, independientemente de dónde viene, su color, partido político, religión o género, y preguntarle: “¿está mordiendo el anzuelo?” , y de forma instantánea se conectará con esa persona.
En County Boy Fishing, capacitamos a los niños con trastornos hemorrágicos a que se conviertan en los mejores pescadores que puedan ser, ya sea que los quieran hacer por diversión o por becas universitarias. (¡Sí! ¡Hay becas universitarias por pesca!) Vincularse con otro es la primera filosofía; la segunda es responsabilidad. Con una enfermedad como la hemofilia, es increíblemente importante hacerse sus infusiones, mantenerse activo y proteger sus articulaciones y cuerpo. Y, por último, hay liderazgo. Lo puse de tercero en propósito porque ser un líder no se trata de ser un jefe, es sobre ser un servidor.
Una vez al mes, tenemos los Días de Pesca en Familia, en los que nos asociamos con organizaciones de trastornos hemorrágicos de todo el país. Trabajo con departamentos locales de recursos naturales y líderes de la industria en varios estados para garantizar que todos puedan atrapar un pescado ese día.
Es un honor para mí compartir mi amor por la pesca con mi comunidad. Es una excelente manera para mantenerse activo y que no es tan difícil para su cuerpo. Pero más que eso, es una forma de unir a la comunidad de trastornos hemorrágicos.