Si usted o alguien que conoce tiene un trastorno hemorrágico, es importante comprender los inhibidores, ya que algunas personas con hemofilia o enfermedad de von Willebrand (VWD) tipo 3 pueden desarrollarlos.
Entonces, ¿qué son exactamente los inhibidores, a quién afectan, cómo se desarrollan y qué efectos tienen? Siga leyendo para obtener respuestas a estas preguntas y más.
¿Qué es un inhibidor?
Un inhibidor es un anticuerpo que su sistema inmunitario crea en respuesta a la infusión de concentrados de factor de coagulación. Los concentrados de factor de coagulación se infunden para ayudar a que la sangre coagule normalmente, lo que significa que los inhibidores hacen que el tratamiento estándar sea ineficaz y se vuelve más difícil detener un episodio de sangrado. Aquellos con inhibidores necesitan un tratamiento especial hasta que su cuerpo deje de producirlos. Ese tratamiento especial puede ser costoso: los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) afirman que el costo excesivo de la atención para cada persona con hemofilia y un inhibidor supera los $800,000 al año.
Los inhibidores generalmente se desarrollan durante las primeras 50 veces que una persona es tratada con concentrados de factor de coagulación, pero pueden aparecer en cualquier momento. Los inhibidores pueden causar importantes complicaciones de salud: las personas con trastornos hemorrágicos que desarrollan un inhibidor tienen el doble de probabilidades de ser hospitalizadas por un episodio de sangrado porque el tratamiento con factor de coagulación no funciona tan bien para detener el sangrado.
¿Cómo y por qué se forman los inhibidores?
Los inhibidores son anticuerpos, y su sistema inmunitario produce anticuerpos para defenderse contra enfermedades y otras sustancias extrañas. Esos anticuerpos luego trabajan para destruir las sustancias extrañas, a menudo virus y bacterias, en su cuerpo. Pero a veces, el sistema inmunitario genera anticuerpos para destruir cosas que estaban destinadas a ayudar al cuerpo, como los medicamentos. Entonces, en algunos casos, cuando una persona recibe tratamiento con factor de reemplazo, el sistema inmunitario del cuerpo percibe el factor de coagulación normal como una amenaza y crea anticuerpos (inhibidores) para destruirlo.
Los inhibidores pueden desarrollarse en cualquier persona con hemofilia y VWD, sin importar el tipo o la gravedad del trastorno hemorrágico. Pero los científicos no saben exactamente por qué se desarrollan en algunas personas y en otras no. Los expertos señalan algunos factores de riesgo que aumentan la probabilidad de desarrollar un inhibidor:
- Genética: las personas con ciertos tipos de mutaciones genéticas de la hemofilia tienen más probabilidades de desarrollar un inhibidor
- Número de veces que ha usado concentrados de factor de coagulación en su vida
- Mayor frecuencia y dosis de tratamiento
- Raza de color o etnia hispana
- Antecedentes familiares de inhibidores (otros familiares que hayan desarrollado inhibidores)
¿Qué tan comunes son los inhibidores?
Aproximadamente 1 de cada 5 personas con hemofilia A grave y aproximadamente 3 de cada 100 personas con hemofilia B desarrollarán inhibidores. Aproximadamente del 5.8 % al 9.5 % de los pacientes con VWD tipo 3 han desarrollado inhibidores.
Para las personas con hemofilia B, los inhibidores son menos comunes, pero los efectos suelen ser mucho más graves: aproximadamente la mitad de las personas con hemofilia B que tienen inhibidores desarrollarán una reacción anafiláctica al factor IX infundido.
¿Cómo me hago la prueba de inhibidores?
Los inhibidores se diagnostican con un análisis de sangre que mide si un inhibidor está presente junto con la cantidad de inhibidor presente (llamado título del inhibidor) en la sangre. Los inhibidores se miden mediante una prueba llamada ensayo de Bethesda, que da un valor numérico y se refiere al nivel de inhibidor. Este número se cuantifica en unidades Bethesda: una unidad Bethesda se define como la cantidad de inhibidor en una muestra de plasma que puede neutralizar el 50 % de una unidad de actividad del factor VIII en plasma normal después de dos horas a 37 grados centígrados.
Si tiene más de 5 unidades Bethesda, tiene un título alto de inhibidor, lo que significa que su cuerpo tiene una fuerte respuesta contra el factor, por lo que los tratamientos tradicionales no funcionan. Si tiene menos de 5 unidades Bethesda, tiene un título bajo de inhibidor, lo que significa que su cuerpo no tiene una respuesta fuerte contra el producto del factor de coagulación.
Los signos de un inhibidor incluyen hemorragias frecuentes durante un programa de tratamiento regular y falta de respuesta al tratamiento. Pero algunas personas no experimentan ningún síntoma, por lo que debe hacerse pruebas periódicas para detectar inhibidores, al menos una vez al año, dice el CDC.
¿Qué tratamientos para trastornos hemorrágicos hay disponibles para las personas con inhibidores?
Si tiene un inhibidor de título bajo, la terapia continua con reemplazo de factor a menudo es efectiva, aunque a veces es necesario un cambio en el tamaño y la frecuencia. Si usted tiene inhibidores de título alto, hay algunas opciones:
- Plasmaféresis: un tratamiento temporal en el que los médicos eliminan los anticuerpos del cuerpo y reducen el nivel de anticuerpos para permitir el tratamiento con concentrado de factor para tratar la hemorragia. Si bien son similares, la plasmaféresis y el intercambio de plasma no son exactamente lo mismo. La plasmaféresis separa el plasma de la sangre ya sea por centrifugación o filtración por membrana. Una vez separado, el plasma se puede manipular de diversas formas. El intercambio de plasma se refiere a desechar el plasma y sustituirlo por un líquido de reemplazo.
- Agentes bypass: tratamientos que evitan la necesidad de un tratamiento con factor de coagulación para que el cuerpo pueda coagular la sangre normalmente.
- Terapia de inducción de la tolerancia inmune (Immune Tolerance Induction, ITI): un tratamiento con el objetivo de evitar que el inhibidor bloquee el factor en la sangre y enseñarle al cuerpo a aceptar el factor como una parte normal de la sangre.