Coping with Family Stress

Formas de sobrellevar el estrés familiar

Cuándo superarlo solo y cuándo buscar ayuda profesional
Author: Leslie Quander Wooldridge
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Nadie quiere tener estrés pero no hay forma de evitarlo. Y si a eso se le añade una enfermedad crónica como un trastorno hemorrágico, los síntomas pueden empeorar, afirmó Peg Geary, MA, MPH, trabajadora social e investigadora clínica sobre la hemofilia en el New England Hemophilia Center de UMass Memorial Medical Center en Worcester.

Cuando no se controla, el estrés puede afectar los pensamientos, sentimientos, conducta y salud de la persona. Puede causar desde dolores de cabeza y fatiga, hasta ansiedad y aislamiento social, según la Mayo Clinic. El estrés también puede producir síntomas físicos y conductas inusuales en el adulto o niño afectado.

Sin embargo, le agradará saber que las familias con problemas de hemofilia u otros trastornos hemorrágicos a menudo controlan el estrés mejor que otras, aseguró Geary.

Los centros locales de tratamiento de la hemofilia tienen muchos recursos y personal experto preparado para ayudar. “Desarrollan una variedad de mecanismos para sobrellevar la enfermedad, como conseguir apoyo para la familia”, explicó Geary. Muchas familias llegan a tratar la hemofilia como algo normal y trasmiten una actitud positiva, agregó. “Si los padres pueden aceptar la hemofilia e incorporarla a su rutina, sirven de ejemplo para sus hijos”. Pero incluso si tiene la capacidad básica de sobrellevarla, puede aprender más. Lea los consejos de Geary.

Esté atento a los niños. “Un poco de estrés es normal, como cuando su hijo está nervioso por una prueba al día siguiente o si está conociendo a gente nueva”, indicó Geary. El truco es reconocer cuándo el estrés normal pasa a ser un problema mayor. A veces los chicos se sienten abrumados o alterados, y no quieren hablar del tema. Quizá su hijo esté ansioso porque no puede participar en deportes con contacto físico y todos los demás sí”, dijo Geary. Señaló que en los niños, ser diferente es fuente de estrés. Pero si usted presta atención, puede detectar indicios sutiles. “Usted conoce a su hijo mejor que nadie y sabe cuándo algo no está bien”, dijo Geary. Si ve cambios en la conducta de su hijo, como más ira u otras señales de estrés, tome nota.

Sugiera conversar pero no lo abrume. Si nota un problema, trate de interaccionar con sus hijos de manera que no se sientan amenazados, aconsejó Geary. Puede preguntarles delicadamente si algo los está molestando. “Pero no trate de forzar a su hijo a hablar”, recomendó. “Simplemente espere a ver si surge el tema en la conversación”. Si es así, puede comenzar el diálogo con ejemplos de cómo enfrentó usted una situación estresante de más joven, dijo Geary. Luego escuche a su hijo y ayúdelo a llegar a una solución.

Proteja a sus hijos y ayúdelos a ayudarse a sí mismos. Es fácil caer en la tentación de consolar a los hijos tras cada problema, pero tal vez no sea lo mejor para el niño, advirtió Geary. “Es posible proteger a los chicos al punto que no desarrollan la capacidad de enfrentar situaciones”, dijo. “Luego, cuando se hacen adultos, no saben enfrentar el estrés y la presión”. O sea que déjelos estudiar para el examen y superar la ansiedad solos. Luego reconozca que sus sentimientos son válidos y confirme que cierto grado de estrés es normal, pero que pueden enfrentarlo. Así llegarán a ser adultos independientes.

Mantenga un equilibrio. Cuesta ver que los chicos están ansiosos, pero no infle los problemas innecesariamente. Si lo hace, sus hijos harán lo mismo, y la idea no es que se pongan más nerviosos, dijo Geary. Si usted se está sintiendo estresado, trate de resolver el problema con sus propios recursos. Siempre puede decirle a su hijo adolescente, por ejemplo, que está preocupado sobre las infusiones que tendrá que ponerse cuando se vaya a acampar. Pero trate de analizar y enfrentar sus emociones antes de ayudar a sus hijos a hacer lo mismo con las propias. “Si los padres pueden tratar el estrés como algo normal y enfrentarlo, podemos esperar que los hijos sigan su ejemplo. Recuerde que es a usted a quien imitan”, dijo Geary.

Pruebe nuevas soluciones. Quizá haya oído en las redes sociales sobre otras técnicas para superar el estrés, dijo Geary. Los diarios de estrés, que le permiten anotar sus sentimientos en un lugar seguro, pueden ayudar a algunas familias. La capacitación sobre atención plena (mindfulness), durante la cual usted se concentra totalmente en el presente, lo puede ayudar a aliviar el estrés. Las técnicas físicas, como la respiración profunda, meditación y yoga, también pueden ayudar. Y recuerde la importancia de ceñirse a una alimentación sana y dormir suficiente. Ya que todos responden de manera diferente, es posible que cierta técnica ayude a algunas personas más que a otras. O sea que pruebe más de una.

Recurra a un profesional cuando lo necesite. A veces las pequeñas causas de estrés pasan a ser grandes problemas, incluso cuando trata de superarlas. Si el periodo de estrés pasa de durar unos cuantos días a varias semanas, tal vez necesite buscar ayuda. Hágalo también si usted o un ser querido está tan abrumado que le cuesta estudiar o trabajar. Y si algún familiar o usted está considerando hacerse daño, hable con un trabajador social, terapeuta u otro profesional de confianza, aconsejó Geary.

“Si participa en un centro de tratamiento de hemofilia, debe recurrir a este primero”, recomendó Geary. Allí encontrará personal que lo conoce a usted y a su familia. Y un médico o trabajador social puede recomendarle recursos útiles rápidamente”.