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Tratamientos contra el VIH y la hemofilia: cómo está ayudando la terapia HAART

El VIH plantea desafíos únicos para las personas con trastornos sanguíneos y hemorrágicos hereditarios, pero los tratamientos mejoraron drásticamente desde la década de 1980 y aún siguen evolucionando.
Author: Por James Langford
HIV

Hace cuarenta años, para cualquier persona infectada por el virus de la inmunodeficiencia humana (VIH), era casi una sentencia de muerte.

No existían tratamientos y los médicos no entendían cómo se transmitía el virus. Cuando descubrieron que se transmitía a través de la sangre, miles de personas con hemofilia que se habían tratado con hemoderivados donados estaban expuestas.

Entre ellas, se encontraba Ryan White, un niño de 13 años de Indiana que había nacido con hemofilia. El diagnóstico de sida de White en 1984 llamó la atención de todo el país sobre la necesidad de realizar pruebas de detección del VIH en el suministro de sangre de Estados Unidos.

Si bien, al principio, los médicos le dieron solo unos meses de vida, White sobrevivió casi seis años.

Cuando murió en 1990, se habían desarrollado procedimientos para garantizar la seguridad de los productos sanguíneos de las personas con hemofilia, y solo faltaban cinco años para que existieran los “cócteles” antirretrovirales que permitirían a las personas con VIH vivir una vida normal.

En la actualidad, la terapia antirretroviral (o ART, por sus siglas en inglés) sigue siendo el estándar de atención para el VIH. También conocida como terapia antirretroviral de gran actividad (o HAART, por sus siglas en inglés), en general, implica el uso de tres o más medicamentos de al menos dos clases diferentes, o “cócteles”.

Si bien los medicamentos a veces se combinan en un solo comprimido, cada uno tiene una función levemente diferente de detener o retrasar la evolución del VIH.

Tipos de medicamentos para tratar el VIH

Según los Institutos Nacionales de Salud, entre las clases de medicamentos para tratar el VIH, se incluyen:

  • Inhibidores de la transcriptasa inversa análogos de los nucleósidos, que bloquean la transcriptasa inversa, una enzima que el VIH necesita para multiplicarse.
  • Inhibidores de la transcriptasa inversa no análogos de los nucleósidos, que se unen a la transcriptasa inversa, una enzima que el VIH usa para multiplicarse, y la alteran.
  • Inhibidores de la proteasa, que bloquean la proteasa, una enzima que el VIH necesita para multiplicarse.
  • Inhibidores de la fusión, que impiden que el VIH ingrese en las células CD4 del sistema inmunitario.
  • Antagonistas de CCR5, que bloquean el CCR5, una proteína que se encuentra en la superficie de determinados inmunocitos y permite que el VIH ingrese.
  • Inhibidores de la integrasa, que bloquean la integrasa, otra enzima que el VIH necesita para multiplicarse.
  • Inhibidores de la fijación, que se unen a la proteína gp120 de la superficie externa del VIH, lo cual impide la entrada del virus a las células CD4.
  • Inhibidores posfijación, que bloquean los receptores CD4 de la superficie de determinados inmunocitos que el VIH necesita para ingresar.
  • Inhibidores de la cápside, que interfieren en la envoltura de una proteína que envuelve al VIH, conocida como cápside, y protege el material genético del virus y las enzimas necesarias para replicarse.
  • Potenciadores farmacocinéticos, que aumentan la eficacia de un medicamento incluido en un régimen de tratamiento.

Consideraciones del tratamiento para pacientes con hemofilia y VIH

Su equipo médico puede ayudar a determinar qué opciones funcionarán mejor para usted. Al seleccionar un régimen de tratamiento, Steps for Living recomienda asegurarse de que sus proveedores de atención médica consideren lo siguiente:

  • Su trastorno hemorrágico
  • Otras enfermedades o afecciones que tenga
  • Cómo interactúa el VIH con los medicamentos que toma
  • Si su cuerpo muestra resistencia a alguno de los medicamentos
  • La conveniencia del régimen de tratamiento
  • Problemas personales que pueden dificultar el seguimiento de un régimen particular

Es de especial importancia que los profesionales médicos que tratan a personas con un trastorno sanguíneo o hemorrágico hereditario y VIH “trabajen en estrecha colaboración para estar informados de todos los problemas involucrados”, incluidas las interacciones medicamentosas, según Terrence Higgins Trust, una organización benéfica británica que aborda los problemas del VIH y la salud sexual.

“Se realizaron algunos estudios para investigar evidencia anecdótica de que los episodios hemorrágicos aumentan con los medicamentos contra el VIH de la clase de los inhibidores de la proteasa”, indica la organización.

También observa que, si bien los motivos no están claros, es un riesgo del que los proveedores de atención médica tienen que estar informados.

Mientras tanto, continúa la investigación sobre nuevos tratamientos para el VIH, mejores regímenes de ART e incluso posibles curas mediante terapia genética.

“Los regímenes antirretrovirales modernos pueden bloquear eficazmente la replicación del VIH en personas con VIH durante décadas, pero estas terapias no son curativas y deben tomarse de por vida”, explica Steven Deeks de University of California San Francisco y sus coautores en un artículo de diciembre de 2021 de Nature Medicine.

Sin embargo, redactaron, “hay evidencia de que se puede lograr una cura”, citando la eliminación del VIH en dos pacientes que recibieron trasplantes de células madre de un donante resistente al VIH.

Según el estudio de Nature Medicine, durante la próxima década, los investigadores esperan ver una mayor comprensión de los reservorios de VIH o las posibles fuentes de rebote viral dentro del cuerpo de las personas que reciben regímenes de ART, más ensayos clínicos y, con suerte, “informes de personas que lograron una remisión a largo plazo con estrategias menos intensivas y de aplicación más amplias. Sobre la base de la comprensión actual y las lecciones que nos da el ART, es probable que las combinaciones de estos enfoques sean el primer método por implementar”.