What Happens to Joints After Frequent Bleeds?

¿Qué ocurre con las articulaciones después de hemorragias frecuentes?

Las hemorragias reiteradas pueden provocar daños perdurables a las articulaciones. Por eso es importante reconocer las hemorragias y actuar con rapidez cuando ocurran.
Author: Michael Hickey
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Los daños a largo plazo son una preocupación genuina para las personas que padecen trastornos hemorrágicos, dado que las hemorragias reiteradas —la acumulación de sangre alrededor de una articulación— puede degradar el cartílago. Por eso es tan importante reconocer las hemorragias y actuar con rapidez cuando ocurran. Siga leyendo para saber por qué ocurre el deterioro del cartílago y lo que alguien con un trastorno hemorrágico puede hacer al respecto.

Primero, es importante saber exactamente qué es una hemorragia articular, conocida como hemartrosis.

¿Qué es la hemartrosis?

La hemartrosis, o hemorragia articular, es el sangrado al interior de la cavidad articular. Para las personas con hemofilia, la hemartrosis ocurre con frecuencia después de una lesión. Pero para los miembros de la comunidad de los trastornos hemorrágicos, el sangrado articular es un suceso común.

¿De qué manera la hemofilia provoca hemorragias articulares?

La hemofilia es un trastorno hemorrágico hereditario en el que la sangre no se coagula apropiadamente porque contiene niveles bajos de proteínas del factor de coagulación (ya sea el factor VIII o el factor IX). Como resultado, incluso las lesiones pequeñas pueden provocar hemorragias abundantes que duran mucho tiempo si no se tratan. Las hemorragias espontáneas, que ocurren sin causa aparente, también son comunes en las personas con hemofilia; incluyen hemorragias internas, especialmente en las articulaciones. Y las investigaciones recientes indican que un creciente número de mujeres de la comunidad de trastornos hemorrágicos enfrentan problemas articulares.

¿Qué ocurre cuando alguien con hemofilia sufre una hemorragia articular?

Los síntomas de las hemorragias articulares pueden ser sutiles, y al principio quizá no haya signos visibles. Los síntomas iniciales incluyen sensación de dolor en la articulación; sensación de burbujeo, calor u hormigueo en la articulación; hinchazón sin moretones aparentes, y la necesidad de mantener la extremidad afectada en posición doblada o flexionada.

Conforme la hemorragia continúa, el dolor y la rigidez de la articulación empeoran. La piel de la articulación se siente más caliente que el resto del cuerpo, la hinchazón aumenta y la persona puede sentirse renuente a mover la articulación o usar el miembro afectado.

¿Qué ocurre con las articulaciones después de hemorragias frecuentes?

En las personas sin hemofilia, una hemorragia articular con frecuencia es resultado de una lesión y debe curarse y recuperarse sin problemas. Pero las hemorragias articulares son más comunes en personas con hemofilia, y las articulaciones pueden deteriorarse si las hemorragias son lo bastante frecuentes y eventualmente provocar trastornos articulares, como artritis.

Más específicamente, el deterioro ocurre en la membrana sinovial y en el cartílago que rodea a los huesos. La membrana sinovial es el tejido conectivo que se encuentra en las articulaciones articuladas, como las rodillas y los codos, y reviste toda la superficie interna de la articulación, excepto en donde la articulación está revestida de cartílago

La membrana sinovial produce líquido sinovial que protege y lubrica el cartílago y el hueso dentro de una cápsula conjunta, para reducir los daños durante el movimiento. Si la membrana sinovial se deteriora y ya no produce líquido sinovial, la articulación no tiene protección contra el daño por fricción. La membrana sinovial también elimina los líquidos y los residuos de la articulación. Así que cuando han sangre en la articulación, la membrana sinovial la absorbe. La sangre contiene hierro, y se cree que cuando la membrana sinovial absorbe sangre, el hierro hace que su revestimiento se engrose. Conforme la membrana sinovial se vuelve más gruesa, contiene más vasos sanguíneos, por lo que es más probable que ocurran hemorragias subsecuentes. 

Hemorragias articulares: tratamiento y prevención

La prevención comienza con un estilo de vida saludable, que incluya ejercicios de bajo impacto que mantengan la fuerza de las articulaciones y los músculos, como caminar, nadar, montar bicicleta y jugar tenis. La terapia con tratamiento de factor de coagulación también es una forma eficaz de prevenir hemorragias, ya que aumenta la cantidad de factor en el organismo a niveles que generan una mejor coagulación.

Un tratamiento eficaz para ayudar a reducir el dolor y la hinchazón de una hemorragia activa es un método sencillo llamado RICE, que son las siglas en inglés de reposo, hielo, compresión y elevación. Es importante señalar que si sospecha que existe una hemorragia en la cabeza, la garganta, la espalda o el estómago, esta podría ser potencialmente mortal. Llame a su centro de tratamiento de hemofilia y acuda a la sala de emergencias o llame al 911.

El tratamiento de las articulaciones dañadas por hemorragias crónicas puede incluir cirugía, como una sinovectomía para extirpar la membrana sinovial. De esa manera se interrumpe el ciclo de hemorragias provocado por la membrana sinovial que se ha engrosado después de muchas hemorragias. También existe la cirugía de reemplazo de articulación, en la que la articulación y el hueso dañados se extirpan y reemplazan con piezas de plástico y metal.

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