La flebotomía (el uso de una aguja para extraer sangre de una vena) es una herramienta importante para diagnosticar y evaluar muchas afecciones médicas. Sin embargo, en algunos casos, también se puede usar como tratamiento.
La flebotomía terapéutica, un procedimiento que hace muchos años se llamaba sangría, se utiliza para tratar determinadas afecciones médicas mediante la eliminación de niveles excesivos de componentes de la sangre, como hierro o glóbulos rojos.
¿Qué afecciones se tratan con la flebotomía terapéutica?
La hemocromatosis, también conocida como trastorno de sobrecarga de hierro, es una afección en la que las personas tienen demasiado hierro en la sangre. En Estados Unidos, más de 1 millón de personas tienen la enfermedad, que puede provocar daño en el hígado, las articulaciones, el páncreas y el corazón. Entre los síntomas de la hemocromatosis, se incluyen fatiga, pérdida de peso, dolor en las articulaciones y piel de color bronce o gris.
La mayoría de los casos de hemocromatosis son heredados genéticamente y se denominan hemocromatosis primaria o hereditaria. Esta forma de la enfermedad es el resultado de problemas con el ADN de ambos padres que hacen que el cuerpo absorba demasiado hierro.
La hemocromatosis secundaria no es hereditaria. Es provocada por anemia, alcoholismo, comprimidos o inyecciones de hierro o diálisis renal por un largo período de tiempo. Las personas con ciertos tipos de anemia o enfermedad hepática necesitan transfusiones de sangre frecuentes, que pueden causar la acumulación excesiva y la sobrecarga de hierro. La talasemia, un trastorno sanguíneo hereditario, también requiere transfusiones de sangre frecuentes, que pueden provocar hemocromatosis secundaria.
La hemocromatosis es más frecuente en hombres que en mujeres, ya que estas últimas pierden hierro durante la menstruación y el embarazo. Asimismo, el cuerpo de las mujeres almacena menos hierro. El trastorno es más común en personas mayores, porque la toxicidad del hierro tarda años en desarrollarse.
Además de la flebotomía terapéutica, otro tratamiento para la hemocromatosis es la terapia de quelación, mediante la cual se reduce la cantidad de hierro en la sangre.
La policitemia vera, o PV, es un tipo de cáncer de la sangre poco frecuente conocido como neoplasia mieloproliferativa. Ocurre cuando la médula ósea produce demasiados glóbulos rojos, lo cual hace que la sangre se espese y aumente de volumen. Algunas personas con PV también producen demasiados glóbulos blancos y plaquetas. Entre los síntomas más frecuentes de PV, se incluyen dolor de cabeza, sudoración, zumbido en los oídos, visión borrosa, mareos, piel morada o enrojecida y pérdida de peso sorpresiva.
Cualquier persona puede tener PV, pero la enfermedad ocurre con más frecuencia en hombres mayores de 60 años. Las personas con PV tienen mayor riesgo de coágulos sanguíneos anormales, incluida trombosis venosa profunda (TVP), un tipo de coágulo sanguíneo que ocurre en las venas profundas de las piernas o los brazos. Una TVP que se desplaza hasta los pulmones puede causar un coágulo potencialmente mortal, denominado embolia pulmonar. La PV también puede incrementar el riesgo de sufrir una enfermedad cardíaca o un accidente cerebrovascular.
La flebotomía terapéutica reduce la cantidad de glóbulos rojos y el volumen de la sangre, lo cual ayuda a prevenir la formación de coágulos. Otro tratamiento de la PV son los medicamentos que impiden que la médula ósea produzca glóbulos sanguíneos.
La porfiria cutánea tardía, o PCT, es un trastorno poco frecuente que produce ampollas dolorosas en la piel expuesta al sol, como la cara, los brazos y las manos. La piel suele ser frágil y se puede ampollar o desprender después de una herida insignificante.
La PCT es causada por niveles insuficientes de una enzima llamada uroporfirinógeno-descarboxilasa o UROD. En casi el 80 % de los casos, esta deficiencia es adquirida. En el 20 % restante, es causada por una predisposición genética al trastorno.
Sin suficiente UROD, unos compuestos químicos del cuerpo, llamados porfirinas, no se puede producir hemo, la sustancia que le da a la sangre el color rojo. En cambio, las porfirinas se acumulan en el cuerpo y causan enfermedades. Cuando se acumulan en el hígado, pueden provocar daño hepático y aumentar la probabilidad de tener cirrosis y cáncer de hígado.
Las flebotomías regulares son un tratamiento frecuente de la PCT y reducen el exceso de hierro y porfirinas en el hígado. Para reducir los niveles de hierro en el hígado, a veces también se recetan dosis bajas de medicamentos contra la malaria como cloroquina e hidroxicloroquina.
¿Cómo se realiza la flebotomía terapéutica?
El proceso de la flebotomía terapéutica es similar a la donación de sangre, pero requiere la receta de un proveedor de atención médica. Suele sugerirse a los pacientes que beban mucho líquido y coman bien unas horas antes de la cita.
Un flebotomista capacitado realiza el procedimiento en un consultorio médico, hospital o centro hematológico comunitario. El paciente se recuesta y el proveedor le controla la presión arterial y el pulso. Posteriormente, después de desinfectar la piel, el proveedor realiza una punción en una vena periférica (en general, en el antebrazo) con un dispositivo de extracción, el cual tiene una aguja y está conectado a una bolsa de recolección.
Si no hay complicaciones, recolectar una unidad (500 mililitros) de sangre suele tardar de 10 a 15 minutos, seguido de un control y un refrigerio de 20 minutos. Se aconseja tomar más líquido durante las siguientes 4 a 6 horas.
En función de la afección que se esté tratando, la flebotomía terapéutica puede realizarse de forma semanal, mensual o con menor frecuencia.
¿Después de la extracción de sangre, pueden producirse hematomas?
A veces, se pueden producir hematomas en el brazo, en el lugar de la punción. Si bien el hematoma puede impresionar, suele ser inofensivo y desaparecerá después de algunos días.