Ask a Social Worker: How Can My Ex-Husband and I Navigate Caregiving?

Pregunte a un trabajador social: ¿cómo podemos mi exmarido y yo afrontar el cuidado de nuestros hijos?

Consejos para parejas divorciadas cuyos hijos tienen trastornos hemorrágicos.
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Pregunte a un trabajador social es una columna mensual en la que aparecen preguntas de la comunidad y respuestas de miembros del Grupo de Trabajo Social de la Fundación Nacional de Hemofilia (National Hemophilia Foundation, NHF). Si tiene preguntas para nuestros trabajadores sociales, envíelas a [email protected].

 

Estimada Denise:

Mi marido y yo acabamos de divorciarnos y no podemos ponernos de acuerdo en nada últimamente. ¿Cómo podemos lograr trabajar juntos para cuidar a nuestros hijos con hemofilia?

El hecho de que esté buscando asesoramiento es fantástico porque está averiguando qué es lo mejor para sus hijos y su familia. A menudo, cuando los padres se separan, puede ser muy doloroso para toda la familia, y los hijos tienden a sufrir más. Como padres con la crianza compartida, es importante dejar a un lado las diferencias para cumplir las reglas concertadas de mutuo acuerdo y apoyar al otro en su rol en la crianza. Aquí presentamos algunas sugerencias para ayudarles a minimizar el estrés de la separación en su familia.

  • Reconozca que la crianza compartida es una sociedad y un acuerdo para hacer lo mejor a fin de satisfacer las necesidades de sus hijos. Desarrolle un plan y sepa que deberá modificarlo a medida que sus hijos crezcan y sus necesidades cambien. ¡La flexibilidad es fundamental!
  • Informe a los proveedores médicos de sus hijos quiénes son los que participan en la crianza compartida. Si bien lo que se acostumbra es que la crianza compartida sea entre dos padres, existen situaciones en las que hay más personas involucradas, como padrastros y abuelos.
  • Asegúrese de que todas las partes entiendan el diagnóstico y los planes de tratamiento de los niños. Todos deben tomarse el tiempo para aprender qué medicamentos se necesitan, cómo conseguirlos y cómo administrarlos cuando se requieran. Cada uno de los cuidadores también debe saber a quién llamar si el niño tiene una hemorragia, cómo hacerle una infusión o adónde ir a darle una infusión si es necesario.
  • Analice con el otro participante de la crianza compartida todos los cambios propuestos en el plan de tratamiento. No solo es una cuestión de respeto y ayuda a reducir el conflicto, sino que también permite al otro padre evacuar dudas. Si hay un desacuerdo sobre el plan de tratamiento, organizar una reunión o una llamada telefónica con el hematólogo y el coordinador de enfermería puede ayudar a los participantes de la crianza compartida a entender mejor el plan de tratamiento propuesto y permitir concesiones mutuas, si es posible.
  • Programe citas y procedimientos en un horario conveniente para ambos. Si no es posible, sugiera la alternativa de que el padre que no puede asistir esté presente en forma virtual. Si solo uno de los padres está con el niño cuando recibe atención médica, toda la información relevante y el resumen posterior a la visita deben compartirse con el otro padre. Ambos padres deben pedir acceso a la historia clínica de los hijos para que puedan comunicarse con los proveedores si es necesario y revisar información médica relevante.
  • Como la relación entre usted y el padre de sus hijos es tensa, piense en tomar una clase de crianza compartida. Allí recibirá herramientas para acompañar a sus hijos durante este cambio y le ayudará a lidiar con el otro participante de la crianza compartida. También puede ser útil consultar al trabajador social de su centro de tratamiento de hemofilia para que pueda desarrollar un plan o trabajar en áreas de inquietud antes de las citas.

— Denise Lowery, LCSW

Denise Lowery trabaja en UC Davis Hemostasis and Thrombosis Center en Sacramento, California. Es miembro del Grupo de Trabajo Social.

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