¿Por qué mujeres, niñas y personas con el potencial de menstruar (WGPPM, por sus siglas en inglés) que tienen hemofilia, la enfermedad de von Willebrand u otros trastornos hemorrágicos tienen más probabilidad que los hombres de tener deficiencia de hierro?
Las menstruaciones abundantes y prolongadas aumentan el riesgo. El embarazo también contribuye a la deficiencia de hierro: la madre le transfiere hierro al bebé y pierde sangre en el parto.
“Las mujeres, las niñas y las personas con el potencial de menstruar pueden sangrar de todas las formas que pueden hacerlo las demás personas”, dice Bethany Samuelson Bannow, M.D., hematóloga del Centro para la Salud de las Mujeres de Oregon Health & Science University de Portland. “Cuando a eso le sumamos la menstruación y el embarazo, esta población tiene un mayor riesgo de sufrir deficiencia de hierro”.
Cuando surge la deficiencia de hierro, las reservas de este mineral de una persona son más bajas de lo que deberían y la persona puede notar que no se siente bien.
“Puede manifestarse con síntomas que van desde fatiga, mareos y confusión hasta caída del cabello y cambios en las uñas”, dice Angela Christine Weyand, M.D., hematóloga pediátrica de la Clínica de Oncología Hematológica de C.S. Mott Children’s Hospital de Ann Arbor, Michigan.
Los médicos pueden detectar la deficiencia de hierro comprobando los niveles de ferritina, una proteína de la sangre que contiene hierro. Las personas con deficiencia de hierro más grave también pueden presentar anemia cuando tienen niveles más bajos de hemoglobina, una proteína de los glóbulos rojos.
“Cualquier persona que menstrúe debe controlarse la ferritina al menos una vez al año”, dice Samuelson Bannow. “Solicite ese valor de ferritina, no solo el hemograma completo y la hemoglobina para la anemia”.
Nuevos criterios de análisis
Durante años, muchos laboratorios utilizaron diferentes parámetros para medir los niveles de ferritina y hemoglobina en mujeres y hombres, y valores más bajos se consideraban “normales” para las mujeres.
“Su rango ‘normal’ no nos da una imagen completa”, dice Samuelson Bannow, quien señala que los laboratorios determinan los valores observando los niveles de ferritina y hemoglobina en una población sana, pero, debido a que la deficiencia de hierro prevalece entre WGPPM, los niveles más bajos pueden parecer la norma. No hay motivo para pensar que las personas que menstrúan necesiten menos glóbulos rojos o menos reservas de hierro que las personas que no menstrúan, afirma.
Algunos laboratorios han comenzado a actualizar sus parámetros para las WGPPM, pero esto varía según la ubicación, dice Samuelson Bannow.
Hay tratamientos para la deficiencia de hierro disponibles para las WGPPM con trastornos sanguíneos y hemorrágicos hereditarios. Entre ellos, se encuentran cambios en la alimentación, suplementos orales y hierro intravenoso. “Es importante reponer el déficit y corregir el problema de fondo”, dice Weyand.
Se pueden recetar anticonceptivos hormonales y ácido tranexámico para ayudar a controlar las menstruaciones abundantes o prolongadas.
“Si no se reducen las pérdidas menstruales, la deficiencia de hierro volverá a aparecer y se necesitará hierro intravenoso una y otra vez”, dice Samuelson Bannow.