Illustration of three combined human figures

Por qué las relaciones sólidas ayudan a envejecer de manera saludable con un trastorno hemorrágico

Los adultos mayores con trastornos hemorrágicos enfrentan desafíos únicos. Crear conexiones con otras personas puede ayudar.
Author: Christina Frank
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Para Dan Liedl, de 55 años de edad, puede ser difícil salir de su casa. Un motivo es su discapacidad física: su pierna derecha quedó bloqueada después de una hemorragia intensa cuando tenía 12 años de edad, y no ha podido doblarla desde entonces. Pero quizá algo más significativo que su movilidad limitada es el efecto que su hemofilia tipo A grave ha tenido sobre su vida social. “Me siento extremadamente cohibido al caminar con la pierna rígida”, dice Liedl, quien vive en Morgantown, West Virginia. “La gente se me queda viendo.

Cuando era niño pasé mucho tiempo acostado en la cama con dolor, sin poder salir a jugar. Mis mejores amigos eran los libros, y lo siguen siendo”.

Varios estudios recientes han demostrado que la soledad, la depresión y una sensación de aislamiento son comunes en los adultos mayores. Estos sentimientos pueden ser especialmente agudos en adultos mayores con enfermedades crónicas. Y aunque probablemente comparten muchas de las preocupaciones que los adultos mayores sanos, los que sufren de trastornos hemorrágicos enfrentan desafíos especiales.

Una generación solitaria

La depresión y el aislamiento entre los adultos mayores con trastornos hemorrágicos pueden ser atribuidos en parte a su lugar en la historia de la enfermedad, dice Dana Francis, MSW, trabajador social del programa de hemofilia en adultos del Centro de Tratamiento de la Hemofilia de la Unidad de California, San Francisco.

“La expectativa de vida para alguien con hemofilia solía ser de 30 a 40 años”, dice Francis. También señala que más de la mitad de los hombres con hemofilia que contrajeron VIH o sida en los primeros años de la década de 1980 por exposición a sangre o productos de sangre contaminados murió de sida.

“Estas personas perdieron a muchos de sus amigos, y puede sentir culpa de sobreviviente”, dice Francis sobre los hombres de la tercera edad con trastornos hemorrágicos. “Los hombres de más edad hoy enfrentan desafíos físicos y emocionales que las personas con trastornos hemorrágicos nunca enfrentaron antes, porque no vivían lo suficiente”.


Tres maneras de combatir la soledad y el aislamiento

Los estudios han demostrado que tener relaciones sociales sólidas en la tercera edad genera varios beneficios para la salud, entre ellos mayor longevidad, un sistema inmunitario más fuerte y niveles más bajos de estrés y depresión. Si se siente solo, estas son algunas opciones que pueden ayudar.

1. Trate de encontrar ayuda
Para muchos hombres la terapia es algo prohibido, ya que están condicionados para aparentar ser fuertes e invulnerables. Pero mantener los sentimientos contenidos puede causar depresión, ansiedad y soledad. El trabajador social Dana Francis recomienda unirse a un grupo de apoyo específicamente para personas con trastornos hemorrágicos, ya sea presencial o por internet.

“Trato de alentar a los hombres a que hagan lo que les resulte más cómodo, de la manera que puedan”, dice. “Puede ser increíblemente importante sentir que no tienes que explicarle tu situación a otros, y saber que no estás solo. Y no siempre tiene que consistir de personas quejándose o sintiendo lástima. Quiero que los hombres hablen sobre todo, ya sea tristeza, soledad o alegría”.

2. Aventúrese a salir de su zona de confort
Dan Liedl es introvertido, pero paradójicamente ha aprendido que le encanta hablar en público. Regularmente habla ante grupos sobre los trastornos hemorrágicos y el VIH. “Siento confianza frente a un grupo, y creo que la educación es la mejor manera de superar los malentendidos, los estereotipos y la ignorancia”, dice. “Es vigorizante y gratificante, y no necesito hacer charla trivial ni socializar”.

3. Participe en su comunidad
Puede ser difícil salir cuando no se siente bien, pero aproveche las oportunidades que se presenten. “Involúcrense”, aconseja Mike Clancey, de 70 años de edad, quien vive en Grove City, Pennsylvania, y tiene hemofilia A. “Sea lo que sea, voluntariado, trabajo de tiempo parcial, actividades religiosas, hay que encontrar la manera de seguir activo en la comunidad”. Francis añade: “Haga lo que le guste hacer, ya sea música, arte, lo que sea. Sólo levántese y salga”.


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