Cuando Mark Deneen de 70 años se jubiló en 2010, sentía que necesitaba mudarse a un lugar cálido. Su lugar de residencia, la ciudad fría y húmeda de Eureka, California, estaba comenzando a perjudicar demasiado a su artritis, la cual había sido causada por años de vivir con hemofilia A grave. Él y su esposa finalmente optaron por el clima desértico de Thousand Palms, California, pero antes él se aseguró de tener disponible la atención médica adecuada.
Deneen había asistido al centro de tratamiento de la hemofilia (hemophilia treatment center, HTC) en la Universidad de California, San Francisco (UCSF) desde la década de 1980, pero sabía que el viaje que ahora llevaría 10 horas no sería práctico. Él cambió el lugar de atención por el HTC en la Universidad de California, San Diego. "Una vez que me decidí, mi equipo de San Francisco habló con el equipo de San Diego para asegurarse de que el traslado no tuviera inconvenientes. Enviaron mi historia clínica y la transición no tuvo ninguna complicación", dice Deneen.
A medida que más personas con trastornos hemorrágicos entran en la edad de jubilarse, surgen nuevos temas para tener en cuenta sobre cómo vivir los "años dorados". "Como el factor de coagulación no estuvo disponible hasta la década de 1970, los pacientes no tenían tanta expectativa de vida", dice Dana Francis, con una Maestría en Trabajo Social (Master of Social Work, MSW), del Programa de hemofilia para adultos del Centro Médico de la UCSF. "Hoy los jubilados viven más porque utilizan estos nuevos productos, lo cual evita que las cosas empeoren, pero parte del daño ya estaba hecho antes de que tuvieran acceso a ellos".
Qué buscar en el nuevo hogar
Cuando busque una nueva casa, tenga en cuenta que allí envejecerá. Recorra su casa actual y haga un inventario de las características que lo mantuvieron seguro. Deneen eligió un lugar sin muchas escaleras. "Me interesaba asegurarme de que no fuera demasiado difícil de recorrer lo mejor que pudiera", dice.
Su centro de tratamiento puede remitirlo a un terapeuta ocupacional que puede abordar sus preocupaciones en particular. Algunos incluso evaluarán su casa y recomendarán cambios, como colocar alfombra sobre baldosas.
Más allá de su nuevo HTC, póngase en contacto con la división local de la Fundación Nacional de Hemofilia u otras organizaciones de trastornos hemorrágicos en su área. Estos grupos tienen muchísima información sobre cómo vivir y desarrollarse en su nueva ciudad. Los eventos de las divisiones también son fantásticos para conocer nuevas personas y obtener información de primera mano.
Y ¿qué hay de la mudanza propiamente dicha? Francis recomienda: "Páguele a una persona para que lo haga y no tendrá que pagar cuando usted mismo se lastime".
Organice y prepare todos los aspectos de su tratamiento
Los jubilados pueden querer mudarse para encontrar un mejor clima, para estar cerca de sus hijos adultos o para vivir en un lugar menos costoso. Sin embargo, cuando se mudan, tienen que tener en cuenta sus necesidades médicas especiales para que puedan seguir viviendo de forma segura y estar saludables. Francis recomienda que los pacientes con trastornos hemorrágicos que estén en esta situación tengan en cuenta lo siguiente en primer lugar:
• Cerca de su nueva casa, ¿hay un buen centro de tratamiento de la hemofilia? Si el centro de tratamiento está a unas pocas horas, ¿podrá conducir durante un tiempo prolongado o necesitará que alguien lo lleve?
• Acérquese al nuevo centro. Debe ponerse en contacto con el personal de enfermería y de trabajo social o el director del HTC para familiarizarse con los empleados y las prácticas del centro antes de mudarse.
• Haga que el equipo del HTC anterior hable con el personal del nuevo HTC sobre los problemas actuales o posibles de su tratamiento. "Usted debe autorizar por escrito a su equipo para que hable sobre temas médicos con el lugar nuevo. Ellos también se encargarán de enviar la historia clínica por adelantado", dice Francis.
• Haga los trámites correspondientes para la cobertura del seguro médico (especialmente si planea mudarse a otro estado). Haga que el personal de enfermería o trabajo social del nuevo HTC verifique que usted haya habilitado su seguro con el nuevo centro para que pueda seguir recibiendo el tratamiento o accediendo a él sin demoras.
• Si desea permanecer con su antiguo centro de tratamiento, ¿puede volver allí fácilmente para sus citas?