Al principio, la idea de que uno puede ser más feliz y estar más contento haciendo un hábito de pensar más positivamente puede parecer demasiado buena para ser verdad. Pero hay pruebas de que, al aplicar de forma consistente técnicas que desarrollen emociones, experiencias y hábitos positivos, usted puede mejorar verdaderamente su autoestima y su salud general, incluso si tiene una enfermedad crónica desafiante, como un trastorno hemorrágico.
Los investigadores han hallado que realizar ciertas prácticas reconecta las redes neuronales del cerebro, lo cual desarrolla y mejora fortalezas, como la resiliencia, el optimismo, el coraje, la perseverancia y la esperanza. Por supuesto que su versión de la felicidad es única para usted, pero las investigaciones muestran que, al fortalecer estos atributos mentales, puede experimentar más sentido y más plenitud. Aplicar estas técnicas no lo convertirá en Pollyanna. Usted vivirá momentos y emociones desafiantes. Pero, al cultivar una actitud más positiva, estos momentos difíciles no lo entristecerán tanto ni durarán tanto tiempo.
Así que, ¿cómo comienza a disfrutar estos beneficios? Empiece por probar las prácticas simples y comprobadas que figuran a continuación durante tres semanas y vea cómo se siente.
1) Practique la gratitud
Como sabe toda persona con un trastorno hemorrágico (o el cuidador de alguien con un trastorno hemorrágico), la vida no siempre es color de rosa. Pero, si elige enfocarse en lo negativo de forma sistemática, su cerebro se acostumbra a buscar motivos para estar triste. Puede volver a entrenar a su cerebro para que, en lugar de ello, busque el lado positivo. Para hacerlo, desarrolle su capacidad para la gratitud.
Todos los días, piense en tres momentos positivos que ocurrieron y anótelos. Se puede explayar tanto como quiera. Puede ser hablar con un amigo, escuchar una canción que le guste y tener una cena sabrosa. Al principio, es posible que le cueste pensar en tres, pero, a medida que pasen los días y entrene a su cerebro para buscar algo bueno que haya pasado, se volverá más fácil. Aunque esté lidiando con una hemorragia u otro contratiempo, siempre hay cosas positivas que descubrir en el día.
2) Desarrolle una experiencia positiva
Elija un momento lindo del día y rememórelo por escrito durante unos minutos. Capture los detalles de la experiencia. Hay investigaciones que descubrieron que visualizar y escribir esos eventos positivos mejora la capacidad del cerebro de considerarlos recuerdos positivos para utilizar más tarde.
3) Haga ejercicio
Ya sabe que el ejercicio habitual es fundamental para la salud general y ayuda a controlar los síntomas de los trastornos hemorrágicos como el dolor de las articulaciones. Pero los efectos positivos del ejercicio van más allá. La actividad física tiene beneficios neurológicos y físicos. Hay estudios que muestran que el ejercicio mejora el humor al elevar los niveles de los químicos cerebrales del bienestar, como las endorfinas. Además de sentirse bien, el ejercicio ayuda a evitar las emociones y las experiencias que debilitan la positividad, como el estrés, la depresión y la ansiedad. Para cosechar las recompensas, procure hacer los 30 minutos por día de actividad de intensidad moderada que se recomiendan. Todo lo que sea, como caminar, trotar, andar en bicicleta, bailar o hacer jardinería hace bien.
4) Medite
Si bien es más popular que nunca, la meditación puede ser intimidante para algunas personas. Practicar la meditación le enseña a vivir el presente más plenamente. Sin estar agobiada por pensamientos del pasado o sobre el futuro, nuestra mente puede relajarse un poco. Permitir que nuestros pensamientos, sentimientos y sensaciones broten en nuestra mente y aceptarlos por lo que son sin juzgar ayuda a promover un sentimiento de alegría general que se transporta a la vida en su conjunto. Comience con unos pocos minutos por día de meditación (p. ej., enfóquese en la entrada y la salida de la respiración) y avance hacia sesiones más prolongadas.
5) Haga actos de amabilidad al azar
Con el paso del tiempo, tener en forma regular gestos sencillos de amabilidad que requieran un esfuerzo mínimo de su parte puede generar un gran efecto en su bienestar y en la actitud de los destinatarios de sus actos de amabilidad. Hay pruebas que muestran que esos actos generan optimismo y esperanza en usted mismo y refuerzan el efecto positivo que puede producir en su propia calidad de vida y también mejoran la vida de los demás.
Esta puede parecer la práctica más difícil de lograr todos los días, pero nuevamente, piense en términos generales. Suba de la calle el bote de basura de su vecino cuando busca el suyo. Compre café para la persona que está detrás de usted en la fila o recoja el almuerzo para un compañero de trabajo. Hornee galletas para el personal de su centro de tratamiento de la hemofilia o para la maestra de su hijo. Envíe un correo electrónico o un mensaje de texto a alguien para decirle que lo aprecia. Hay infinitas formas de alegrar a los demás y disfrutar mientras lo hace. Para obtener más ideas, visite randomactsofkindness.org.