¿El tema “Happy” (“Feliz”), de Pharrell Williams, le anima el espíritu al caminar por la mañana? ¿Escuchar a Vivaldi le calma después de un día de trabajo difícil? El hecho es que debe prescribirse música para usted todo el tiempo.
Una melodía puede hacer que se sienta feliz, emocionado, desconcertado o afligido. “Escuchar música es un estímulo extremadamente complejo, el de naturaleza más multifacética para que el cerebro lo procese”, explica el musicoterapeuta Tim Ringgold, Musicoterapeuta Certificado (Music Therapist – Board Certified, MT-BC), Director de Servicios de Musicoterapia Sonic Divinity en Orange, California. Escuchar música involucra varias regiones del cerebro, incluidas aquellas que afectan las emociones, los procesos cognitivos, las sensaciones y los movimientos. Es lógico pensar que también podría ayudar a tratar problemas en todas estas áreas.
La idea de que las canciones pueden tener poderes terapéuticos data de las primeras civilizaciones y se puede encontrar en los escritos de filósofos antiguos como Aristóteles y Platón. La musicoterapia se desarrolló como una práctica formal al inicio de la Primera y la Segunda Guerra Mundial. Los doctores que trataron a veteranos hospitalizados notaron que sus pacientes mejoraron tanto física como emocionalmente después de conciertos de músicos de la comunidad.
La música, ya sea que se escuche o se toque, puede ayudar a aliviar el dolor asociado con una amplia gama de enfermedades y beneficia a las personas de todas las edades. La musicoterapia es un método efectivo de algo que los expertos llaman “apoyo procedimental”, que es ayudar a un paciente a superar un procedimiento que produce ansiedad o dolor.
Muchas de las vías que el cerebro utiliza para procesar la música son las mismas que procesan el dolor. Por lo tanto, si el cerebro se centra, por ejemplo, en la melodía de un concierto de Mozart, no habrá mucho espacio disponible para transmitir los mensajes de dolor que vienen de un pinchazo de aguja. Las melodías también pueden ayudarlo a relajarse y a sentir menos ansiedad.
Además de disminuir el dolor agudo, la música también puede ayudar a disminuir el dolor crónico de hemorragias recurrentes en músculos y articulaciones. Probablemente, ha escuchado sobre la euforia del corredor, donde el cerebro libera endorfinas, químicos que nos hacen sentir bien, durante una sesión sudorosa de ejercicios. La música le indica al cerebro que produzca las mismas endorfinas. “Con frecuencia, los pacientes informan disminuciones en su percepción de dolor, ansiedad y náuseas después de una sesión típica de musicoterapia de 30 minutos”, dice Ringgold.
“Usamos la frase ‘musicoterapia’ cuando hay tres componentes presentes: Un cliente, la música y un terapeuta”, dice Ringgold, quien presentó las sesiones sobre los beneficios de la musicoterapia para el control de trastornos hemorrágicos en la conferencia anual de la Fundación Nacional de Hemofilia (NHF) y en los eventos del capítulo.
Trabajar con un musicoterapeuta certificado puede ser útil porque puede evaluar sus necesidades, gustos e intereses. Un terapeuta también puede responder preguntas detalladas sobre los tipos de música y los niveles de escucha que están matizados, pero son fundamentales para el éxito de la musicoterapia.
Hágalo usted mismo: receta de música
1. Escoja sus melodías
Comience por elegir música que le haga sentir bien, ya sea clásica, country o melodías de musicales.
2. Sienta el ritmo
Escuche, toque o cante cuando piense que lo necesite, como por ejemplo, mientras recibe un pinchazo cuando le hacen una infusión.
3. Cuide el volumen
Escuchar música muy alta, especialmente si usa audífonos intrauriculares, puede dañar sus oídos.
Obtenga más información: Actualmente, hay más de 7,000 musicoterapeutas con licencia en todo el país.
La Asociación Americana de Musicoterapia puede proporcionarle una lista gratuita de musicoterapeutas calificados en su área. Contáctelos en musictherapy.org/about/find/.