Two hands with faces drawn on the fingers

Hablemos abiertamente sobre la salud mental

Los problemas de salud mental son comunes en todos los grupos, incluida la comunidad hispana con trastornos hemorrágicos. Si bien algunas barreras para obtener ayuda son exclusivas a los latinos, la ansiedad y la depresión tienen cura.
Author: Irina Gonzalez
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Hablar sobre la salud mental no es fácil. Aunque el estigma social que rodea a las enfermedades mentales está desapareciendo lentamente, sigue siendo un tema de conversación extremadamente polémico dentro de la comunidad hispana. Las creencias culturales y los temores de estar “loco” o hablar sobre temas privados aún abundan.

Cuando se suman otros obstáculos como las barreras de idioma, los problemas con los seguros, las creencias religiosas y las preocupaciones sobre la situación inmigratoria, no es de extrañar que solo el 20 % de los latinos con síntomas de trastornos psicológicos habla con su médico acerca de sus preocupaciones; y que solo el 10 % se pone en contacto con un especialista en salud mental, según la Alianza Nacional de Salud Mental (National Alliance on Mental Illness, NAMI).

Sin embargo, los latinos son tan propensos a enfrentar enfermedades mentales como las personas de otras etnias. La investigación de NAMI revela que las afecciones de salud mental comunes entre la población hispana en los Estados Unidos incluyen el trastorno de ansiedad generalizada, la depresión severa, el trastorno por estrés postraumático (TEPT) y el alcoholismo. Además, los estudios muestran que los intentos de suicidio entre las estudiantes latinas de secundaria ocurren con más frecuencia que en la población general.

Asimismo, incluso después de reconocer y abordar la salud mental, “aún existe una resistencia general hacia la consejería o terapia”, dijo Erika Bocanegra, MSW, trabajadora social clínica de Orthopaedic Institute for Children/Orthopaedic Hemophilia Treatment Center (Instituto de Ortopedia para Niños/Centro de Tratamiento de Hemofilia Ortopédica) en Los Ángeles. Sin embargo, el tratamiento puede darse de varias formas, incluida la terapia cognitiva conductual (terapia de conversación), medicamentos (como los antidepresivos) o una combinación de ambos

“Me tomó por sorpresa”

Lupe, cuya hija tiene el factor V de Leiden y la enfermedad de von Willebrand, dijo que su familia no comenzó a hablar de salud mental de manera seria hasta que su hija intentó suicidarse a los 14 años.

“Sabía que estaba molesta. Sabía que estaba enojada y que no estaba feliz de ir a tantos médicos, pero me tomó por sorpresa”, dijo Lupe. “Era callada y solía llorar mucho, así que mi esposo y yo la llevamos donde un consejero. Me dijeron que tenía que ser hospitalizada porque había intentado suicidarse el día anterior. No le vi las muñecas (donde se había cortado). No vi nada, porque ella era muy buena para ocultarnos esos sentimientos”.

Lupe describió el impacto y el dolor de ver cómo dos enfermeras de una clínica de salud conductual se llevaban a su hija para hospitalizarla; la joven tuvo que quedarse allí una semana, lo que fue un momento decisivo para su familia. A pesar de que Lupe inicialmente se sintió “realmente deprimida” por el intento de suicidio de su hija y su posterior hospitalización, ahora se da cuenta de que gracias al tratamiento de salud mental, su hija está “mucho mejor ahora”.

Barreras de comunicación

Para muchos latinos, la estigmatización de la salud mental proviene no solo de la cultura general, sino también de su propia comunidad. Fred Sandoval, director ejecutivo de la Asociación Nacional Latina de Salud Conductual (National Latino Behavioral Health Association), dijo que es común que los latinos etiqueten a las personas que pueden tener una enfermedad mental con términos como “está loco”, “está enfermo”, “no se prende el foco”, “está chingado”, “embrujado”, “no tiene sentido” y “desgraciado”.

“Digamos que hay una hermana en la familia que tiene esquizofrenia, que es una enfermedad que la mayoría de la gente no entiende muy bien. Los miembros de la familia pueden hacer observaciones sobre su comportamiento o apariencia. El resultado final es que tenemos todo un conjunto de términos que utilizamos para estigmatizar y estereotipar a las personas con enfermedades mentales. Hacemos eso a las personas de nuestra comunidad y de nuestra propia familia”, señaló Sandoval.

Las barreras de lenguaje y la comunicación también pueden evitar que las personas que desean buscar ayuda puedan encontrar tratamiento. Sandoval dijo que muchos latinos no logran expresar bien lo que les sucede y, por lo tanto, no reciben la información que necesitan para obtener la ayuda.

“Hay una falta de información y educación porque no hay suficientes programas que busquen informar a los latinos sobre estos recursos. Parte de esto es que suponemos que todo lo que necesitamos saber debe venir de la familia, pero si la familia no tiene la información, ¿cómo se transmite?”

Encontrar apoyo especializado

Cuando a su hijo de 9 meses de edad se le detectó hemofilia B severa, a Fel Echandi y su esposa les costó muchísimo encontrar información y recursos para comprender la afección. Finalmente, a medida que su hijo crecía, reconocieron que tenían que buscar apoyo más especializado dentro de la comunidad hispana de Los Ángeles. Así que su esposa comenzó a realizar reuniones y  crear grupos de apoyo donde las familias hispanas podían reunirse para tomar el té y hablar sobre lo que estaban pasando sus hijos con trastornos hemorrágicos. “La depresión es normal en los padres de niños recién diagnosticados, pero ser parte de un grupo de apoyo con otros padres que pasan por la misma situación puede ser muy útil”, dijo Echandi.

Bocanegra dijo que los grupos de apoyo en español donde los pacientes pueden conocer a otras personas con depresión y ansiedad pueden ser excepcionalmente útiles. Poner a los pacientes en contacto con terapeutas que hablan español también es clave, ya que “las barreras de idioma a menudo impiden que los pacientes busquen ayuda y que se sientan cómodos o comprendidos".

Comunidad religiosa

Sandoval dijo que la religión es importante para el bienestar de una persona, pero el clero que no está capacitado en salud mental puede crear barreras para el tratamiento. También dijo que “muy pocos líderes religiosos han recibido capacitación psiquiátrica”. Además, añadió que esto no es culpa de los sacerdotes. Simplemente, son “campos y disciplinas limitadas en términos de capacitación”.

Sandoval dijo que “si la persona está deprimida, no es que haya una ausencia de espíritu o ánimos. Quiere decir que hay factores fisiológicos que afectan el cerebro y, por ello, la persona tiene dificultades para desempeñarse en este momento”.

Sin embargo, Bocanegra explicó que la religión también puede desempeñar un papel positivo cuando se trata de buscar un tratamiento de salud mental. “Los pacientes a menudo valoran la
orientación que reciben de un pastor o sacerdote en tiempos de adversidad”, mencionó.

Cómo reconocer los síntomas de una enfermedad mental en los niños

Los niños pequeños que están deprimidos pueden mostrar síntomas de tristeza, irritabilidad, aferramiento, preocupación, dolores y molestias, negarse a ir a la escuela o incluso tener
bajo peso.

Para los adolescentes, los síntomas de la depresión pueden incluir tristeza, irritabilidad, negatividad sentirse inútiles, enojo, bajo rendimiento o ausencias frecuentes a la escuela, sentirse incomprendidos o extremadamente sensibles, comer o dormir demasiado, usar drogas recreativas o alcohol, pérdida de interés en actividades normales, autolesiones o evitar situaciones sociales.

¿Cómo deben hablar los padres con sus hijos sobre los problemas de salud mental? Fred Sandoval, director ejecutivo de la Asociación Nacional Latina de Salud Conductual (National Latino Behavioral Health Association), indica que los padres deben ser modelos para que sus hijos aprendan a expresarse. Entonces, si alguna vez ha lidiado con la ansiedad o la depresión, puede ser una buena idea contarles a sus hijos al respecto.

“Otra opción es la noción de vinculación y apego. “Cuando tenemos más pro-blemas y desafíos de lo normal, lo que ayuda a los niños es que usted los reconozca mediante la expresión de sus emociones, especialmente su amor, su apoyo y sus cuidados”, dijo Sandoval.

Recomienda establecer un vínculo físico, como un abrazo rápido o simplemente tomarlos de la mano mientras tiene una conversación franca con ellos.

El mundo en el que vivimos

No se puede negar que las actitudes políticas y culturales actuales hacia la inmigración y los inmigrantes están afectando a la comunidad hispana, dijo Fred Sandoval. Lo llama un “ambiente traumático a nivel nacional” donde la formulación de políticas públicas está aumentando el “trauma en las poblaciones inmigrantes vulnerables”. Sandoval advirtió que a medida que los hispanos o latinos enfrentan amenazas de exclusión, deportación y separación familiar, más personas van a necesitar servicios de salud mental.

“Tiene un impacto devastador en el bienestar emocional de las personas, hasta tal punto que creemos que debemos comenzar a planificar y prepararnos para enfrentar el impacto negativo en los niños y los inmigrantes”, indicó Sandoval.

Si está sufriendo por problemas de inmigración o tiene un trauma debido a las actitudes negativas hacia los latinos, puede encontrar un psicólogo a través de la Asociación Estadounidense de Psicología (American Psychological Association, APA).

Mitos y realidades comunes sobre las enfermedades mentales

En la comunidad hispana, las creencias culturales profundamente arraigadas sobre las enfermedades mentales pueden impedir que las personas busquen y obtengan ayuda. A continuación, aclaramos conceptos erróneos comunes.

Creencia

No quiero que me consideren "loco". Puesto que significa que soy débil.

Verdad

Este es el estigma más común asociado con la salud mental en las comunidades hispanas y con frecuencia se remonta a otras generaciones. Sin embargo, 1 de cada 5 personas se ve afectada por una enfermedad mental, lo que significa que lo más probable es que usted o alguien de su familia tenga una afección. No permita que el miedo o la vergüenza le impidan obtener la ayuda que necesita.

Creencia

Nadie puede saberlo porque “la ropa sucia se lava en casa”.

Verdad

A las familias hispanas a menudo se les enseña a no ventilar sus asuntos privados en público. Pero los trabajadores sociales y otros profesionales de salud mental han jurado confidencialidad, lo que significa que si usted busca ayuda, su proveedor no revelará el estado de su enfermedad mental debido a un sólido código de ética y a la Ley de Transferencia y Responsabilidad de Seguro Médico (Health Insurance Portability and Accountability Act, HIPAA).

Creencia

Solo los blancos tienen tiempo para hablar sobre su salud mental.

Verdad

Las representaciones de los medios de comunicación de quienes buscan terapia rara vez muestran personas de color, lo que puede ser problemático para los latinos que están considerando acudir a un profesional de la salud mental. Sin embargo, la salud mental nos afecta a todos, incluidos más del 15 % de los hispanos o latinos. Dedique tiempo a su salud mental de la misma forma en que lo hace con su salud física.

Creencia

De todas formas, no puedo darme el lujo de obtener ayuda.

Verdad

La Ley de Atención Médica a Bajo Precio ha hecho mucho más fácil obtener seguro médico. Muchos planes cubren al menos un número mínimo de consultas de salud mental y también hay centros de tratamiento de salud mental en todo el país que cobran a los pacientes según una escala variable basada en el ingreso. Esto significa que uno paga solo lo que puede pagar.

Creencia

Obtener ayuda puede poner en peligro mi situación legal.

Verdad

Millones de hijos de inmigrantes indocumentados reúnen los requisitos para recibir seguro médico bajo la Ley de Atención Médica a Bajo Precio. Además, las organizaciones con sede en Latinoamérica a menudo prestan servicios de salud mental, independientemente de su situación legal. Puede empezar con la Asociación Nacional Latina de Salud Conductual (National Latino Behavioral Health Association.)

 

Síntomas que deben tenerse en cuenta

Depresión: Es un trastorno de salud mental caracterizado por un estado de ánimo de depresión constante o pérdida de interés en las actividades, que causa un deterioro significativo en la vida diaria. Los síntomas ocurren casi todos los días y durante la mayor parte del día. Estos incluyen:

• Sentimientos de tristeza o desesperanza

• Arrebatos de ira o irritabilidad

• Pérdida de interés o placer en las actividades comunes

• Insomnio o sueño excesivo

• Cansancio y falta de energía

• Falta de apetito o antojos frecuentes de comida

• Sentimientos de culpa o se siente inútil

• Problemas para concentrarse o tomar decisiones.

• Problemas físicos como dolor de espalda o de cabeza

• Pensamientos suicidas o pensamientos recurrentes de muerte

 

Ansiedad: Puede presentarse de diferentes formas, más comúnmente como trastorno de ansiedad generalizada o trastorno de pánico. Los síntomas del trastorno son:

• Inquietud o nerviosismo

• Dificultad para concentrarse

• Irritabilidad o fatigarse con facilidad

• Tensión muscular

• Dificultad para controlar los sentimientos de preocupación

• Problemas para dormir

 

Trastorno de pánico: Es un un tipo de trastorno de ansiedad. Causa ataques de pánico, que son sentimientos repentinos de terror cuando no hay un peligro real. Es posible que sienta que está perdiendo el control y que tenga síntomas físicos, tales como:

• Palpitaciones o sudoración

• Temblores o estremecimiento

• Dificultad para respirar

• Sentirse fuera de control

 

More Info

Para obtener más información sobre Nami: Visite la Alianza Nacional de Enfermedades Mentales (National Alliance on Mental Illness, NAMI) en nami.org, o llame a la línea de ayuda al 1-800-950-NAMI. En caso de crisis, puede enviar un mensaje de texto a NAMI al 741741. » PARA conocer más sobre la Asociación Nacional Latina de Salud Mental (National Latino Behavioral Health Association, NLBHA): Comuníquese con la Asociación Nacional Latina de Salud Mental en nlbha.org o 505-980-5156.

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